Hace un tiempo, cuando el Sr. Aznar nos alegró diciendo que se iba, los medios de comunicación estaban muy preocupados preguntándose qué iba a hacer Aznar ahora.... ¿¿a qué se iba a dedicar este ilustre estratega??
Él, tan risueño y tranquilizador, nos decía que ya se encargaría él de buscarse una ocupación acorde a su experiencia.
Al principio nos sorprendió intentando dar clases de español a los alumnos de Georgetown a través de un método revolucionario: Conferencias de ¿política? en un pretendido inglés, que no era sino un fácil puente idiomático para esos estudiantes hacia el español.
Después supimos que el Sr. Aznar era el consejero de no sé qué importante grupo de comunicación internacional y que por no hacer casi nada (dicho textualmente por él) cobraba una auténtica pasta. Por este insignificante nuevo trabajo tuvo que dejar el Consejo de Estado del que era miembro, pues exigía una dedicación exclusiva que el Sr. Aznar no ofrecía.
Pero el mejor de todos es el nuevo trabajo del Sr. Aznar, que ahora se dedica a amenizar actos sociales con monólogos de humor. Todos hemos escuchado su monólogo en un acto de bodegueros españoles ¿verdad?
Ah! ¿Que no era un monólogo de humor? ¿El Sr. Aznar decía en serio que el Estado no es quién para decirle a él si puede o no puede conducir borracho? ¿El Sr. Aznar estaba, de verdad, haciendo apología de un delito? (la conducción bajo los efectos del alcohol en determinadas circunstancias merece reproche penal) ¿En serio cree usted, Sr. Aznar, que el Estado no debe regular las normas de seguridad vial? ¿Quién debe regularlas? ¿Usted?
Mi hipótesis: El Sr. Aznar no sabía lo que decía porque él mismo estaba borracho. Ante lo cual sólo puedo decir:
SI BEBES NO TELEPREDIQUES (que luego se dicen unas cosas...)
Recordemos que no hace mucho, su hijo de usted, fue detenido en Italia por conducir un flamante Porsche a más de 70 km/h por encima de la velocidad permitida en esa vía. Claro, el Estado no es quién para decir si iba rápido o no... ¿verdad?
Él, tan risueño y tranquilizador, nos decía que ya se encargaría él de buscarse una ocupación acorde a su experiencia.
Al principio nos sorprendió intentando dar clases de español a los alumnos de Georgetown a través de un método revolucionario: Conferencias de ¿política? en un pretendido inglés, que no era sino un fácil puente idiomático para esos estudiantes hacia el español.
Después supimos que el Sr. Aznar era el consejero de no sé qué importante grupo de comunicación internacional y que por no hacer casi nada (dicho textualmente por él) cobraba una auténtica pasta. Por este insignificante nuevo trabajo tuvo que dejar el Consejo de Estado del que era miembro, pues exigía una dedicación exclusiva que el Sr. Aznar no ofrecía.
Pero el mejor de todos es el nuevo trabajo del Sr. Aznar, que ahora se dedica a amenizar actos sociales con monólogos de humor. Todos hemos escuchado su monólogo en un acto de bodegueros españoles ¿verdad?
Ah! ¿Que no era un monólogo de humor? ¿El Sr. Aznar decía en serio que el Estado no es quién para decirle a él si puede o no puede conducir borracho? ¿El Sr. Aznar estaba, de verdad, haciendo apología de un delito? (la conducción bajo los efectos del alcohol en determinadas circunstancias merece reproche penal) ¿En serio cree usted, Sr. Aznar, que el Estado no debe regular las normas de seguridad vial? ¿Quién debe regularlas? ¿Usted?
Mi hipótesis: El Sr. Aznar no sabía lo que decía porque él mismo estaba borracho. Ante lo cual sólo puedo decir:
SI BEBES NO TELEPREDIQUES (que luego se dicen unas cosas...)
Recordemos que no hace mucho, su hijo de usted, fue detenido en Italia por conducir un flamante Porsche a más de 70 km/h por encima de la velocidad permitida en esa vía. Claro, el Estado no es quién para decir si iba rápido o no... ¿verdad?
1 comentario:
Je...je... muy bueno!
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